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8 sencillos trucos para ahorrar en la factura de la luz

Lámpara negra con una pared blanca de fondo
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Ahorrar luz pese a su precio es posible si se conoce en qué se gasta la electricidad en casa y aplicando sentido común aunque siempre van a existir elementos que encarecerán la factura, pero hoy descubriremos cómo evitar sobrecostes con unos tips.

¿Cómo ahorrar en la factura de la luz?

1. Reajusta la potencia

Puede ser que tengas más potencia contratada de la que realmente necesites. Datos ofrecidos por IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) de este mismo 2021 indican que de media un hogar español tiene contratados entre 3,45 y 4,6 kWh de potencia.

Puedes saber qué potencia necesitas de una manera sencilla y “entretenida”, simplemente suma la potencia de tus electrodomésticos. Si ves que tienes contratada una potencia que supera esa suma quizás deberías plantearte para qué necesitas tanta potencia, pues ni con mucho ahínco saltará el diferencial.

No obstante, ten en cuenta que lo ideal sería que hubiese 1 kW de margen entre esa suma y la potencia que tengas con tu compañía para asegurarte de que no tendrás problemas de corriente cuando enciendas las luces de casa.

En Lumisa te ofrecemos la posibilidad de contratar una potencia igual o inferior a 15 kWh o una potencia superior a 15 kWh. Selecciona la que más se adapte a tus necesidades y no pagues de más solo por no fijarte.

2. Apuesta por la discriminación horaria y aprovecha las horas valle

Si en el primer consejo hacíamos referencia al término de la potencia, ahora nos fijamos en el otro término que compone la factura: el consumo. Una buena manera de adaptar aún más la electricidad que pagas con la que consumes es optar por los tramos horarios en tu tarifa de luz.

Con una tarifa de precio fijo te ahorrarás sobresaltos y preocupaciones con el precio del kilovatio/hora, un tema que lleva abriendo portadas de telediarios desde que el 1 de junio se instaurasen las nuevas tarifas eléctricas.

Aprende a calcular tu factura de la luz, paso a paso, con la fórmula que te ofrecemos en Lumisa. Sencillo, rápido y efectivo.

Sin embargo, con una tarifa con discriminación horaria tendrás la opción de adaptar el consumo y trasladarlo, en la medida de lo posible, a las horas valle. Cabe recordar que el horario valle no solo se encuentra de 0 a 8 h, sino que también lo tenemos durante los fines de semana.

Revisa con Lumisa el funcionamiento de los tramos horarios y de las tarifas actuales en España para salir de dudas.

3. Usa electrodomésticos eficientes

Este es uno de los consejos más obvios, aunque muchas veces la eficiencia de los aparatos que compramos no suele tenerse en cuenta porque los que más lo son tienen un precio mayor.

Cuando hablamos de que un electrodoméstico es más eficiente que otro, en realidad, nos referimos a la capacidad de este de hacer un uso mucho más eficiente de la energía que consume y, con ello, conseguir un ahorro energético.

Recientemente, el etiquetaje de los electrodomésticos se adaptó a los nuevos tiempos e incorporó alguna novedad como un código QR o un diseño más sencillo de entender para todos nosotros.

Lo que antes abarcaba una escala de la A+++, hasta la D, ahora comprende desde la A a la G. Descubre cómo se calcula la eficiencia de los electrodomésticos y porque ya no existen aparatos de categoría A.

Las bombillas son otro elemento más que tiene el etiquetaje energético y está claro que las más eficientes son las que usan tecnología LED. Mientras que una bombilla incandescente tradicional (prohibidas en la UE desde 2012) necesita desde 40 W a 100 W y aprovecha solamente el 10% de la energía que recibe, además de emitir radiación ultravioleta y tener una vida útil de 1000 horas, una bombilla LED aprovecha el 90% de la energía, no emite radiación y tiene una vida útil de 25000 horas.

Una bombilla tradicional puede suponer un consumo de unos 15 euros anuales, mientras que una bombilla LED no llega a los 3 euros al año.

4. Alerta con el stand-by

Cuando dejamos de usar un aparato pero se queda enchufado a la corriente eléctrica sigue consumiendo energía en un estado aletargado llamado stand-by. Precisamente este fenómeno es el causante del “consumo fantasma” o “consumo vampiro”.

El anteriormente nombrado IDAE calcula que los aparatos en stand-by suponen entre el 7 y el 11% del consumo total del hogar o lo que es lo mismo, un gasto totalmente innecesario de más de 50 euros al año por no usar los electrodomésticos pero tenerlos conectados.

Calcula el consumo de tus electrodomésticos con la calculadora de OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) y ve lo que podrías ahorrar en energía y dinero.

En este sentido existen aparatos para ayudarnos a solventar este tema gracias a que permiten controlar en mayor medida nuestros electrodomésticos, como los enchufes inteligentes, que pueden ser encendidos o apagados (del todo, sin stand-by) a distancia con el móvil, o los termostatos, que permiten controlar más eficazmente el aire acondicionado o la calefacción.

5. Apuesta por el autoconsumo

Hace no mucho tiempo nos planteábamos si el autoconsumo era la solución a la subida continua del precio del kWh y concluimos que puede suponer un ahorro importante a medio y largo plazo porque el consumidor deja de depender de las variaciones del mercado.

Además, con la tarifa adecuada se pueden vender los excedentes de electricidad a la red eléctrica para reducir el tiempo de retorno de la inversión y hacer de la apuesta por la energía verde algo aún más significativo, o bien optar por las baterías y almacenar la energía.

Con la implementación de las nuevas tarifas, el Gobierno impulso un plan de ayudas y subvenciones (1320 millones de euros) al sector fotovoltaico con el fin de incentivarlo. Además existen diferentes ayudas fiscales, como las subvenciones sobre el ICIO, el IBI o deducción de IRPF por el simple hecho de contar con placas solares en casa.

En el artículo ¿Cuáles son las subvenciones para placas solares en 2021? te explicamos todas las novedades y el estado de la cuestión actualmente para que estés al día de la actualidad del sector. Además, desde Lumisa te animamos a probar el simulador para conocer cuánto te costaría contar con un sistema de autoconsumo con nosotros.

6. Vigila con el aire acondicionado

Las temperaturas más altas del año, en principio, ya las hemos pasado y si tienes un aparato de aire acondicionado en casa seguramente lo hayas tenido encendido en mayor o menor medida.

Aire acondicionado en hogar

Volviendo a IDAE los datos en referencia al consumo de este electrodoméstico indican que supone el 2,3% del total de gasto energético en uno hogar medio español, aunque como se suele concentrar en los meses de verano, en esta época el consumo llega a suponer el 70% del consumo.

Hemos mencionado el termostato unas líneas antes, pero la clave para la reducción del consumo es tener claras algunas consideraciones respecto al aire acondicionado:

  • La temperatura ideal está entre 24 oC – 26 oC. Cada grado de menos el consumo aumenta un 8%. Es mejor esperarse un rato a que se refresque el ambiente, que ponerlo a 20 grados para quitarnos el sofocón.
  • Apaga el aparato y mantén el hogar aislado del aire exterior. Esto permitirá que goces de una temperatura de confort durante cierto período de tiempo antes de que el ambiente cálido vuelva a ocupar el habitáculo.

Si tienes que salir de casa, este truco es de lo más útil. Apaga el electrodoméstico 45 minutos antes de irte y disfrutarás de aire fresco mientras te preparas sin consumir energía.

  • Sitúalo en lugares estratégicos que permitan al aire que sale del conducto llegar a toda la zona que se desee enfriar. Además lo mejor es situarlo en lugares frescos y con sombra para no calentar el aparato y que le cueste más energía enfriar el aire.
  • Aprovecha las corrientes de aire naturales. Cuando el calor mengua por la noche, sobre todo en este momento del año, entre el calor y el frío, es preferible abrir ventanas y ahorrarnos el consumo del aire acondicionado.

7. Vigila con la calefacción

Del mismo modo que el aire acondicionado, el aparato de la calefacción, que puede ser el mismo, también tiene unos trucos que harán que disfrutemos del confort térmico en la época fría del año.

Certicalia, empresa dedicada a la certificación energética, apunta que el gasto medio de un hogar español en calefacción es de más de 500 euros anuales. Esto, sin embargo, sucede por la baja calificación de la mayoría de hogares en España, la cual es de E o menos.

  • La temperatura ideal es de 19 oC a 21 oC, aunque por la noche puede relajarse su uso y se puede dormir bien con temperaturas de 15 oC a 17 oC. Como antes, cada grado de más supone un importante aumento en el consumo, innecesario.
  • Si tienes un sistema de radiadores asegúrate de que estos están en buen estado, púrgalos y saca todo el provecho del sistema de calor. Además, comprueba que no haya muebles por en medio que roben el calor que desprenden. Si tienes calefacción eléctrica, el termostato vuelve a ser la mejor opción.

Programa el aparato para un rato antes de volver a casa y evita tenerlo constantemente en funcionamiento. Así, cuando vuelvas notarás el confort de estar en casa, sin haber hecho un uso excesivo en electricidad.

  • Ten al día el mantenimiento de la caldera.
  • Sé responsable y no vayas con ropa ligera en pleno invierno. De esta manera evitarás un uso excesivo e innecesario de la calefacción o, si la usas, no necesitarás una temperatura tan alta para llegar al mismo nivel de confort.
  • Usa un buen aislamiento en las ventanas y aprovecha al máximo la luz solar, manteniendo las persianas y cortinas elevadas durante el día. Vigila también las juntas de las paredes, del techo y del suelo.

8. Haz un uso inteligente de los electrodomésticos

Finalmente, te recomendamos que tengas cura de tu equipo de electrodomésticos, pues pueden ocupar el 40% del gasto total en electricidad. Lo principal, como hemos dicho, es contar con electrodomésticos eficientes porque aunque sean más caros inicialmente, consumen mucho menos que si no lo son.

Hay que tener cura de ellos y limpiarlos recurrentemente para evitar la acumulación de residuos y de polvo que suponen una barrera para explotar el máximo rendimiento de estos y que son causantes de muchas averías.

Por otro lado, los que requieren de la temperatura para su funcionamiento, como la lavadora o el lavavajillas, siguen siendo efectivos aún con temperaturas bajas. Acogerse a ello supone evitar el uso de agua caliente, por lo tanto, a la vez, un uso excesivo de la caldera y de energía eléctrica para calentarla (o de gas).

Puedes aprovechar el calor residual del horno y la vitrocerámica para terminar de cocinar.

Además, desde hace algunos años muchos de los aparatos que tenemos de forma habitual en casa cuentan con programas “eco” que consumen menos agua y energía, por lo que es otra buena manera de reducir el consumo fácilmente.

Separa la ropa por colores y carga al máximo en el tambor de la lavadora y secadora para sacarle el máximo rendimiento a tus lavados.

Evita el uso simultáneo de muchos aparatos que necesiten una cantidad importante de energía. Esto se puede hacer programándolos o teniendo en cuenta cuándo va a ser usado cada uno. Por ejemplo, no pongas la lavadora a la vez que tienes el horno, la nevera, la vitrocerámica y la calefacción en acción.

Fuentes:

  • Selectra
  • Expansión
  • RT Arquitectura
  • Leroy Merlin
  • Calor y frío.com
  • Certicalia
  • Papernest
  • El Economista
  • Cadena SER
  • OCU
  • Kelisto
  • Lucera

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